Un globo, dos globos, tres globos

Tres globos blancos vuelan libres hasta convertirse en tres puntitos diminutos en el firmamento de esta tarde de verano. No, no es un principio, bueno o malo, para romper el post en blanco, lo acabo de presenciar (salvo licencias poéticas y esas no las cuento). Intentando trabajar me disperso con facilidad, y en ausencia de moscas cualquier cosa es buena, ahora se llama déficit de atención, y bueno esto no es del todo exacto porque he seguido a los citados tres hasta donde llegó mi vista mortal.
La realidad me distrae… un fuerte aroma a menta procedente de la terraza de al lado me ha hecho perder el hilo del discurso.

He decidido abrazar el surrealismo.

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